Inédito: así entrenan a las vacas para ir al baño

Científicos alemanes entrenaron a un rodeo a excretar en lugares puntuales; cómo es el método "Mooloo"

Inédito: así entrenan a las vacas para ir al baño
16deNoviembrede2021a las14:23

Los gases de efecto invernadero están al tope de la agenda global y ahora todos los males apuntan a las vacas. Lejos de mirar como principales motivadores de la contaminación a industrias o a vehículos con combustión fósil, muchos apuntan a mejorar las variables de la actividad ganadera.

Se suma a este contexto toda la descarga animalista que intenta anular la producción de alimento de origen animal. Sin embargo, las respuestas son más sólidas que todas las confabulaciones disponibles.

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Vacas y cambio climático: cómo es el Método Mooloo

En un documento de Science Direct, científicos alemanes desarrollaron una investigación sobre un sistema de entrenamiento para el ganado vacuno: les enseñaron a usar un espacio puntual para poder orinar, con lo que el amoniaco que contienen, puede controlarse antes que este provoque efectos negativos en el ambiente, al mezclarse con la tierra y las heces emitiendo óxido nitroso.

Esta herramienta se suma al señalamiento del ganado vacuno sobre la liberación de gas metano que se expulsa por la boca a causa de la rumia, sin embargo las miradas segmentadas sobre el tema no contemplan el círculo virtuoso de captura de carbono que hace el ciclo ganadero completo.

El método denominado “Mooloo” es muy sencillo, ya que a los animales que orinaban en el lugar correcto se los premiaba con una bebida dulce o cebada, mientras que a los que lo hacían en donde no correspondía se los mojaba suavemente para corregir el comportamiento.

Cómo se entrena a las vacas

La evacuación indiscriminada de excretas por el ganado contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero y a la contaminación del suelo y el agua, siendo más altas las emisiones en los espacios de cría. Lo que se puede denominar como “el enigma del asesino del clima” se puede resolver determinando un lugar específico (letrina) ayudaría a resolver este dilema al permitir la captura y el tratamiento de las excretas en condiciones agrícolas más espaciosas.